“CUARENTENA POR LA VIDA" Y "VIDA O ECONOMíA”. TERCERA ENTREGA. Un eufemismo y un dilema errado.
“CUARENTENA POR LA VIDA” O “CUIDADO TOTAL”. Un
eufemismo y un dilema errado que van en contra de la democracia y las
libertades individuales. TERCERA ENTREGA.
CONCLUSIONES. No es posible negar la importancia de los conceptos de
epidemiólogos y médicos para la comprensión del CV-19, como tampoco es posible
negar que la ausencia de otros puntos de vista desde la economía, la
psicología, la psiquiatría, la
sociología y el derecho, no han permitido obtener la información necesaria para
que la ciudadanía pueda deliberar y decidir frente a la relación
costo-beneficio en la adopción e implementación de las medidas dirigidas a la
contención del virus. El pánico colectivo alimentado por el amarillismo de los
medios de comunicación, no solo ha obstaculizado la defensa de la democracia y
de los derechos individuales, sino que ha impedido prestar atención a la grave
situación que se aproxima. El desempleo en tasas superiores al 22% representa
no solo un indicador económico sino el advenimiento de graves problemas
sociales. Hablar de economía o reactivación en medio de un generalizado
lenguaje de agonía y muerte, ha dado lugar a una censura por representar
intereses materialistas, monetarios o insolidarios. Se ha descuidado que tras
esa cifra se oculta el derecho fundamental al mínimo vital de millones de
personas, a su vida digna. No ha habido espacio para debatir acerca de las
diferencias entre reapertura, reactivación y recuperación. Las precarias medidas de protección de la
economía y la ausencia de solidaridad, han debido servir de causa para un Pacto
Social por la Vida, la Dignidad o por la Reactivación, para evitar moralismos.
Pasados cuatro meses, es imposible demostrar con exactitud el nivel de eficacia
de las medidas de confinamiento, pero es evidente la imposibilidad de seguir
con ellas. Es necesario reaccionar. La experiencia, el conocimiento, la
ideología, la forma de concebir la existencia o la muerte misma, entre otros
factores, determinan una específica perspectiva del mundo y, en concreto, del
Covid-19. Un reto de la democracia está en tratar de unir, en medio de pasiones
y radicalismos, racionalidad y miedo, todas las perspectivas divergentes con el
objeto de construir los mejores acuerdos o soluciones con ayuda de reglas
mínimas de la carga de la argumentación. Luego de enunciar en entregas
anteriores algunos consensos y preguntas, es momento de compartir estas
conclusiones.
1.
El CV-19 representa un problema de salubridad
pública, que en casos excepcionales puede derivar en letalidad.
2.
Cada persona y/o familia debe procurar porque se
cumplan las medidas de bioseguridad que todos ampliamente conocemos.
3.
Cada persona o familia debe decidir autónomamente
la forma de ejercer sus derechos a la vida digna, a la locomoción y al mínimo
vital, siempre que en su ejercicio no se afecten los derechos de los demás.
4.
El dilema que se ha presentado entre la vida y la
economía es errado. El reto está en hacer compatibles el derecho a la vida y el
derecho a la vida digna representado en el mínimo vital.
5.
En el ejercicio de las funciones administrativas
se ha desconocido de manera flagrante y reiterada los principios de
descentralización, coordinación, concurrencia, eficiencia y subsidiariedad.
(arts. 209 y 288 de la C.P. y Ley 136 de
1994). Existe una clara descoordinación que ha llevado a que se adopten medidas
incoherentes que no solo han restringido libertades fundamentales sino que han
truncado la reactivación económica.
6.
No son pocas las medidas adoptadas que se
caracterizan por su incoherencia o irrazonabilidad. Basta citar lo incómodo que
resulta ver al Estado asumiendo posiciones fuertes al momento de proteger la
vida de todos nosotros y la mayor indiferencia frente a la vida de las personas privadas de la libertad.
7.
En relación a la manera en que cada persona
desea vivir o morir, el Estado no debe interferir, siempre que esa decisión no
afecte los derechos de los demás.
8.
El ejercicio del derecho a la locomoción no es
una causal de propagación del C-19. Es aquella locomoción que genera
aglomeración. La limitación de ese derecho fundamental, por ejemplo en los
casos de prácticas deportivas y las personas mayores de 70 años, no ayudará a
evitar el colapso del sistema de salud, ni la propagación del virus.
9.
No existen criterios para diferenciar un
indisciplinado social de un objetor de conciencia que no acepta la limitación
irrazonable de sus derechos fundamentales.
10.
La defensa del Estado de derecho y de las
garantías de la persona está en manos de los propios ciudadanos: la acción de
tutela, las intervenciones ciudadanas en el control constitucional, las
acciones públicas de inconstitucionalidad y nulidad, las acciones populares, la
excepción de inconstitucionalidad, la excepción de principialidad y, por
supuesto, la participación y deliberación a través del uso responsable de las
redes sociales. Los jueces están llamados a ejercer un papel fundamental en la
protección de la democracia y el estado de derecho, pero ellos no podrán
cumplir su labor si no existe una ciudadanía que estimule y apoye su función.
11.
En relación a la economía, es necesario adoptar
medidas que correspondan a tres momentos claramente diferenciados: reapertura,
reactivación y recuperación.
12.
Aspectos como la indisciplina social, la demora
en la elaboración y entrega de las
pruebas por las E.P.S., la imposibilidad de que no se cuente con el personal
suficiente para atender las UCI o de no contar con el número suficiente de
respiradores y la realidad de que a futuro se presenten nuevos “picos”, ponen en evidencia no solo la ineficiencia de
futuras medidas de confinamiento, sino la obligación de adoptar medidas
inmediatas que representen un equilibrio entre la protección del derecho
fundamental a la vida y el derecho fundamental al mínimo vital.
13.
Es necesario realizar un gran Pacto Social por
la reactivación económica. Si los estudios más optimistas indican que la
recuperación de la economía se dará en el año 2022, las medidas a adoptar deben
ser acordes al tiempo estimado para la reactivación. No tiene sentido, por
ejemplo, medidas como el aplazamiento por tres meses del pago de obligaciones
financieras y vencido ese término continuar con la exigencia de la obligación
“como si nada hubiera pasado”. Igual ocurre con el arrendamiento de locales
comerciales, obligaciones fiscales y acreencias laborales.
14.
La adopción e implementación de las medidas
administrativas a nivel central, departamental o municipal ha representado una
clara y grave infracción de los principios de descentralización, coordinación,
concurrencia y rigor subsidiario entre otros. El desconocimiento de esos
principios se ha traducido en la generación de un mal mayor al ocasionado por
el mismo CV-19.
15.
La reactivación económica no se puede lograr a
través de una flexibilización laboral que se intentó con poco éxito en el año
2002 con Ley 789. Una herramienta clave es la promoción del emprendimiento y el
fortalecimiento de las mipymes.
16.
Cada vez es más complejo establecer diferencias
entre la actitud irresponsable de una persona frente a las obligaciones de
autocuidado, por ej. el “confinamiento
inteligente”, y el ejercicio de las libertades individuales
representadas en la necesidad de procurar por un mínimo vital o el derecho que
cada persona tiene a definir el sentido a la vida digna.
Este ejercicio de debate virtual
ayudó a comprender que la defensa de los derechos fundamentales y el
fortalecimiento de la democracia, realmente está es en manos de los ciudadanos
y no de los administradores de turno.
Agradezco a todos por sus
comentarios y críticas.
Comentarios
Publicar un comentario